martes, 13 de mayo de 2008

La pila de mi jefe

Mi jefe ya no puede vivir sin mí, lo sé. Llevamos juntos por motivos de trabajo dos meses. Y sé que para él ya soy imprescindible. Porque? Porque hoy, llega, me enseña el mando del parking con carita de pena y me dice: tendrías que intentar localizarme una pila para aquí, que la he perdido y no puedo entrar en el parking (aquí su cara ha variado a cara de pánico).

Pobrecito, me ha sabido mal, así que he cogido mi chaqueta, el mando del parking y me he ido, según palabras del encargado de mantenimiento, al bazar cristiano-paquistaní.

Allí me he personado yo, cual dulce dama, y le he preguntado al señor pakistanís si tenían pilas para ese mando. Ha probado una que tenia por allí suelta y me ha dicho que si. Y yo, toda feliz, he vuelto hacia la empresa, con la pila, el cambio y el mando del parking. Y se lo he dejado todo encima de la mesa, bien puestecito.

Cuando ha salido de la reunión le he dicho: ya tienes la pila encima de la mesa. Él ha puesto cara de feliz y me ha dicho: ah, ya está? Yo diría que también se le ha iluminado la cara... Y ha vuelto a entrar a la reunión, más ancho y contento él.

La que ha puesto cara de preocupación entonces he sido yo... Por un lado, no sé si me subestima con su: ah, ya está? Aunque también puede ser que este alucinado con la supersecretaria tan eficiente que tiene. Si es este caso, le pediré un aumento de sueldo. Le hago el café, le ordeno la mesa, le compro material, le hago súper gráficos con el Word, le encuentro las pilas... Aunque si tengo que poner todo esto en mi curriculum, como lo pongo?

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