miércoles, 30 de abril de 2008

Finales felices

Las peliculas casi siempre acaban bien. Y es una putada, porque entonces las bobas como yo nos creemos que en la vida pasa como en las peliculas.

Ya lo lei en un libro: Yo no sufro por amor, de Lucia Etxebarria. El libro no esta mal, y lo primero que dice es que la culpa de que suframos por amor, lo tienen los cuentos de hadas y los finales felices de las peliculas.

Una de esas peliculas que acaban bien es Grease. Es una de las peliculas que me gusta verla, y verla, y repetir otra vez, y si la dan en la tele, la veo, aunque la haya visto mil veces. Creo que Grease es casi como Verano Azul, que lo acabas viendo aunque sea jurasica y la hayas visto mil veces.


Y aunque acabe bien, tiene su momento drama, naturalmente, ese momento que se desvanece porque el amor lo puede todo. Pero en ese momento, una amiga (ay, las amigas en los momentos drama!) de Sandy le dice:

"Todos los hombres son ratas. Que digo ratas? Son los piojos de las ratas, mucho peor que eso son las amibas de los piojos de las ratas. Son tan despreciables que ni los perros les morderian. ".

Y se queda tan ancha :)

2 comentarios:

Alejandro Quereda dijo...

Jo, tampoco somos tan malos...

Ten presente que nosotros (algunos) también caemos en los estrechos caminos del amor y de rallarnos, y creernos que todo son finales felices y ya está.

Aunque en el fondo es mejor. ¿Te hubieras arriesgado en aquel instante si nunca hubieras visto una película con final feliz?

Todo lo malo tiene su lado positivo, y viceversa...

Unknown dijo...

Claro que me hubiera arriesgado, soy una arriesgadora nata :)