Hace mucho tiempo estuve saliendo con un chico que era inexperto. Casi que me traumatice. Al principio eche mano de la paciencia y la comprension. Puse en practica eso que dicen los psicologos que lo mejor para no arruinar la vida sexual de uno era no mostrarse nervioso y darle confianza al otro. Pero tras unos cuantos polvos no fustrantes, pero si dominando, explicando y comprendiendo, me aburri. Me aburri de que pareciera que le diera asco comermelo, de que fuera torpe, de que no aguantara, de que un condon fuera una montaña... Me dije que no volveria a liarme con nadie que no tuviera una base, que supiera donde tocarme, que supiera dcomo tocarme y tuviera confianza. Ahora me he tragado, entre otras cosas, mis palabras. Tengo un amante novato, inexperto y vergonzoso. Y me encanta!
Me encanta cuando se pone rojo porque le da verguenza que le pida que es lo que quiere hacerme. Me encanta cuando le digo algo y se sonroja y le da la risa porque le da verguenza. Me encanta enseñarle cosas nuevas, como tocarme, donde acariciarme y que el se quede flipado cuando le explico como debe tocar mi punto G. Me encanta mirar libros con el y que me pida que es lo que quiere. Me encanta cuando me dice que no sabe que le estoy haciendo pero que le esta gustando mucho, cuando gime madre mia, cuando no aguanta y se corre cuando jadeo, cuando me dice que le encanta como se la chupo. Me encanta cuando le enseño como podemos continuar aunque se haya corrido. Me encanta su ternura insegura e inocente de cuando aprende a darme un masaje. Me encanta cuando no quiere hacer cosas que le explico pero despues me las pide. Me he dado cuenta de que de esta manera, puedo moldearlo. Puedo enseñarle como me gusta que me toque, donde y en que momento. Si quiero que me lo haga deprisa o lento, en que momento debe hacerlo. Que si, que eso tambien se lo puedo enseñar a cualquiera, pero es como el conducir, siempre se acaba con vicios.
Quizas no me enseñe nada nuevo sobre sexo, pero estoy aprendiendo, como dice el, a ser su profesora. A disfrutar lo que me enseña, a tener la paciencia de no esperar lo que yo quiero si no de llegar hasta donde el quiere llegar. Pero lo que sobretodo me pone es cuando me mira con su carita y me dice: me estas dando miedo... Y me gusta que, aunque me lo diga, despues siempre vuelva.