Besos furtivos

Partido del domingo. Entre los espectadores, ÉL. Se supone que no nos conocemos. Que no nos hemos visto nunca. Pero nos conocemos, nos acostamos, nuestras hormonas reaccionan (y como!).

Primera parte. Cada uno en un extremo del campo. Media parte. Me dirijo al baño. Nos cruzamos. Yo, con mi amiga, ÉL, solo. Levanta una ceja por debajo de las gafas de sol. Si no las llevara, nuestras miradas se hubieran cruzado. Mis hormonas, reaccionan. Mientras mi amiga esta en el baño, ÉL vuelve. Hablamos un rato. Se acerca pero se aparta. Casi. Segunda parte. SMS. Me he quedado con las ganas de darte un beso. Haberlo hecho. Y si te lo doy ahora? Como quieras. Hacemos como si fueramos al baño. Le digo a mi amiga que estoy loca, que voy al baño. Carpe Diem, me dice ella. Y para allí voy. Nos encontramos detrás de una pared que tapa el campo. Nadie nos ve. Y nos besamos. Primero, inocentemente, los labios se rozan, nada mas. Intercambiamos palabras, miradas, sonrisas. 3 o 4 minutos. Que pasan rapido, que pasan lento, que quisieramos que no pasaran. Más besos, sin caricias, sin abrazos, solo contacto de labios con labios, lenguas con lenguas. Los dos quisieramos quedarnos pegados, nuestras lenguas se buscan, esta vez mas nerviosas, mas apasionadas. Hasta se nos escapa algun jadeo. Vamonos ya. Y se aleja, y se gira dos veces, y sonreimos. Volvemos a nuestros sitios. Estamos a 200 metros, pero nuestras hormonas se llaman. SMS. No puedo dejar de besarte. Besos furtivos.

0-2. Otro partido ganado.